Michele Alboreto en foco

ARCHIVOS DE GUERRA: MICHELE ALBORETO
por Alfredo Parga
Buenos Aires (AR), 31 Dic 1997

El tiempo parece permitir al personaje - sea quien fuere - contar las cosas que no contó antes. Es posible que la vecindad con el acontecimiento suela impedir hablar de las cosas como se debiera. Alboreto reconstruye su pasado, sin pelos en la lengua.

"Cuando dejé Ferrari, a fines de 1988, acepté manejar para Tyrrell sin ocuparme mucho del dinero. Era la primera máquina con el monoamortiguador y muchos otros pilotos se habían negado a conducirla. Después de tres carreras, me las arreglé para ocupar un lugar en el podio en México.

"Era totalmente consciente de que había usado el mismo motor para clasificar que para correr. El agradecimiento consistió en una hermosa patada en el c***, cuando desde Francia llegaba plata de Camel para apoyar la ubicación de Jean Alesi en el equipo y fui a parar a Footwork. Allí pasé tres años, manejando todo; motor Ford, motor Porsche - que era un desastre -, el Mugen...

"Me empeñé por hacer las cosas de la mejor forma. Como si corriera por primera vez en F1; aquel año tomé grandes riesgos, pero me sentí conforme. Al fin y al cabo me daba un gran gusto: terminar 14 de los 16 GP del año. Sin embargo, cuando terminó la temporada, en mi equipo todo el mundo parece que empezó a sufrir amnesia porque nadie recordaba qué cosa yo había hecho.

"El único reconocimiento que tenía venía de parte del periodismo; la revista Autosprint me otorgaba un premio. Fue en aquel momento cuando mi visión sobre la categoría cambió.

"Me veía como un limón constantemente exprimido y utilizado poco a poco. Primero pensé en hacer algo con unos amigos; hubo un trabajo con la Scuderia Italia. Otro, posterior, con Minardi.

"Yo sé que mucha gente pensaba en diciembre de 1994 que era un piloto terminado, pero para mí ése no era el problema. Esas críticas no me herían. Y entré a correr Turismo. Al principio tuve algo así como un problema de identidad y me critiqué por eso yo mismo, hasta que un buen día pude probar en Módena cuando conmigo lo hacían Nannini y Francia. Los tiempos eran iguales y recuperé la confianza. Hasta el final de la temporada usé la máquina experimental de Alfa que nadie quería manejar.

"Hoy me inspira el ejemplo de Emerson Fittipaldi. Un gran ejemplo de humildad y voluntad. En su última temporada de F1 recuerdo que lo trataban como un fantasma. En Brasil se mantenía en estado corriendo karting.

"En América tuvo la facultad de empezar de cero, partiendo desde abajo y motivándose. Construyéndose su nueva carrera. Hoy, a los 50 años, Emerson es un hombre feliz. Yo espero tener la fortuna y el talento de él, para llegar a hacer lo mismo algún día".


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